Nos proponemos difundir la historia de la Universidad de Sonora, para lo cual ya se han publicado cuatro libros. Además, nos proponemos opinar sobre política educativa y el conjunto de circunstancias que inciden sobre la educación pública. Se trata de una labor enraizada en el estudio de la historia de nuestro país y a ella habremos de dedicar también nuestro trabajo.

  • Historia de la Universidad de Sonora (1938-1953). Autor: Miguel Castellanos Moreno.

    Primera edición en el mes de febrero de 1991. En el libro: "La educación en México en mil libros" de Alfredo Mendoza Cornejo, editado por la Universidad de Guadalajara, se comenta de él lo siguiente: "Historia analítica que se aboca a la comprensión de la lucha entre diversas corrientes ideológicas y de poder por crear la Universidad y, posteriormente, por sentar su hegemonía, a fin de hacer de la institución una plataforma política, mediante el vínculo del quehacer universitario con la política partia."

  • Batalla de Puente de Calderón

    A medio camino entre Guadalajara y Tepatitlán de Morelos Jalisco se encuentra Puente de Calderón. Aquí se libró una batalla histórica entre el ejército Insurgente comandado por Don Miguel Hidalgo y Costilla y las tropas realistas dirigidas por el brigadier Calleja un 17 de enero de 1811. El resultado condicionó la libertad de los mexicanos hacia el futuro y costó miles de vidas de patriotas

  • Estatua de Miguel Hidalgo

    Ubicada en Puente de Calderón

  • LOS CONTEOS DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 2006, del Doctor Arnulfo Castellanos Moreno

    Numerosos estudiantes y profesores asistieron a la presentación del libro LOS CONTEOS DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 2006, en el auditorio del Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora.

  • Así se forjó la Ley 103. Autor: Miguel Castellanos Moreno

    Documento elaborado en los años ochenta y publicado por el STAUS en junio de 1991, en vísperas de la imposición de la Ley 4. "Así se forjó la Ley 103" es la crónica de una imposición anunciada, si recordamos que unos meses después de publicado este trabajo, el gobernador Beltrones hizo aprobar la Ley 4 repitiendo el procedimiento efectuado 18 años antes.

  • Biblioteca Juan José Arreola

    El arquitecto Antonio Toca, quien junto con Francisco López Guerra, José Grinberg y Sara Topelson, realizaron el diseño del nuevo edificio que estará ubicado en el Centro Cultural Universitario (CCU), de la Universidad de Guadalajara, espera que efectivamente haya recursos para terminar la Biblioteca Pública del Estado de Jalisco Juan José Arreola, en 2008. El inmueble constará de 40 mil metros cuadrados, 120 metros de largo y tendrá capacidad para 2 millones de volúmenes, y podrá atender al mismo tiempo a 3 mil 600 usuarios.

  • ZACATECAS mi tierra

    Es el título del libro del Químico Ezequiel Estrada Reynoso, originario y vecino de Moyahua Zacatecas. En todo el país hay autores que escriben y publican por su cuenta, sin apoyo de quienes dicen promover la educación y la cultura.

  • Historia de la FACULTAD DE DERECHO de la Universidad de Sonora. Autor: Alberto Macías Enríquez

    El autor rescata fuentes fundamentales para comprender la historia de la Facultad de Derecho de la Universidad de Sonora, y escribe una historia de consulta obligada para quienes quieran entender el desarrollo del estudio del derecho en Sonora.

  • INTERIOR DE LA CASA DE VILLA EN SAYULA JALISCO

    En esta agradable casa y con un clima envidiable vivió Villa con parte de su escolta de Dorados

  • AVES EN LA LAGUNA DE SAYULA JALISCO

    La Laguna de Sayula es un humedal que da refugio a una gran variedad de aves migratorias y nativas.

  • CASA DE PANCHO VILLA EN SAYULA JALISCO

    En esta casa habitó Pancho Villa cuando perseguía al huidizo gobernador de Jalisco, Manuel M. Diéguez

UNIVERSIDAD-HISTORIA OFICIAL



Miguel Castellanos Moreno


En Semana Santa recorrí una calle, ahora convertida en pasaje cultural, frente a la Basílica de Zapopan. En ese lugar se venden objetos antiguos, o que lo parecen, incluyendo objetos recientes y libros.
En el suelo, sobre una manta, había un tendido de libros viejos y recientes que eran ofertados a bajos precios. Interesado por la historia de las universidades públicas me llamó la atención uno titulado: La Universidad de Guadalajara, el cual adquirí en 40 pesos. Se trata de una historia oficial de esa Institución educativa. El libro fue publicado el 12 de octubre de 1975 en conmemoración del cincuenta aniversario de dicha universidad jalisciense; sus autores son un grupo de diez profesionales de la historia, la filosofía y la literatura; fueron apoyados por 25 estudiantes, algunos de los cuales han cobrado relevancia como investigadores y escritores en el tiempo que ha transcurrido desde entonces.


El libro va más atrás del medio siglo que conmemora, lo cual tiene que ver con los orígenes coloniales de la Universidad; la etapa anterior a 1925 es expuesta de manera crítica por los autores, pero el filo se mella cuando se trata de analizar los años posteriores; la razón es muy sencilla: algunos de los actores de la vida universitaria de los últimos cincuenta años aún estaban vivos y ostentaban rango social o poder político dentro y fuera de la Universidad; con estos señores, los autores del libro son sumamente condescendientes y obsequiosos.
Desde la óptica de los historiadores oficiales la Universidad de Guadalajara era en su momento: revolucionaria, de izquierda y socialista; sus autoridades eran abnegados luchadores sociales y sacrificados hombres de ideas; impulsores de una Institución profundamente comprometida con el pueblo mexicano y con su Revolución; en fin es la historia de talentosos hombres inmaculados, gracias a los cuales la Universidad pudo alcanzar sus altos fines; por ningún lado aparecen los profesores que uno supone siempre son un pilar fundamental de todo proceso académico, en cambio siempre son funcionarios los impulsores de los avances conmemorados. Esa profunda convicción patriota, revolucionaria y nacionalista de los prohombres universitarios, y de sus historiadores oficialistas, no les impedía justificar los peores excesos de los gobiernos de Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría Álvarez, a este personaje, incluso, le entregaron un doctorado por honor. Esas historias sólo las creen los que las mandan hacer.


Me llamó la atención que el libro tenía las hojas unidas, pues los pliegos en que fue impreso nunca fueron cortados. Eso indica que jamás fue leído. Entre las páginas encontré una carta que permaneció allí exactamente 30 años, pues tiene fecha del 9 de marzo de 1976. Está dirigida al Licenciado Teodoro Gutiérrez García, Diputado Estatal por el IX Distrito, y fue enviada por el Licenciado Guillermo Becerra Zavala, Director de Relaciones Públicas de la Universidad de Guadalajara. Este le dice al diputado que le envía el libro por encargo del “Sr. Rector”, quién le hace llegar “un afectuoso saludo”.


El diputado nunca abrió el libro que le regalaron y, por supuesto, menos lo leyó. Treinta años después lo vendió junto con un lote de libros que quizá también le fueron obsequiados. Ese es el destino de las historias oficiales hechas a la medida por alguna pluma alquilada.
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¿CÓMO PROTEGEN LAS AUTORIDADES DE LA UNIVERSIDAD DE SONORA LAS OBRAS ORIGINALES DE SUS ACADÉMICOS?






Miguel Castellanos Moreno


Formulo los siguientes comentarios a una historia oficial elaborada por el periodista Carlos Moncada, la cual tiene como tema la Universidad de Sonora, institución que generosamente le imprimió mil ejemplares.


Si bien, en la introducción se refiere elogiosamente a mis trabajos publicados hace quince y catorce años --y a las obras de otros compañeros universitarios--, me cita solo una vez, aunque tomó del primero de ellos mucho más de lo que reconoce.
El período de su primer tomo es el mismo de mi primer libro: Historia de la Universidad de Sonora 1938-1953. Periodizar es una tarea que no se revela automáticamente al historiador; periodizar es una labor intelectual que exige destacar aquellos elementos que el historiador considera esenciales para delimitar un período en el tiempo; si bien, dichos elementos forman parte de lo acontecido, pueden no ser perceptibles para el historiador que es quién los abstrae y define los cortes en el tiempo. Escogí el año de 1938 como inicio de la historia de la Universidad, porque es un lapso de tiempo que contiene una serie de sucesos que le dan cierta homogeneidad y continuidad, lo cual se rompe en 1953. Esos cortes no tienen que ver con los años en que se promulgaron sus primeras leyes orgánicas. Moncada no se tuvo que preocupar de eso, simplemente toma esa periodización como válida, cosa que me halaga, pero me preocupa.
Los hechos históricos no se revelan mecánicamente al historiador, a menos que se practique un poco recomendable empirismo histórico; los hechos históricos se revelan en el proceso de construcción de conocimiento; hacer historia implica una labor de abstracción en la cual el historiador selecciona los elementos con que construye los hechos históricos que relata, en esa tarea se vuelven comprensibles acontecimientos físicos que parecían inconexos, los cuales puestos en una nueva relación constituyen al hecho histórico. Esto lo sabe cualquier estudiante que ha cursado Metodología de las Ciencias Sociales en el Departamento de Sociología y Administración Pública; ellos estudian los aspectos epistemológicos del conocimiento.


El resultado del proceso de transitar de lo abstracto a los hechos históricos concretos se refleja en categorías y enunciados que agrupan un conjunto de conceptos y juicios que cobran sentido solo en la relación en que son expuestos, en que unos datos son relacionados con otros datos. Estos constructos se presentan en apartados con títulos y subtítulos. La manera de conformarlos es la huella que el historiador deja en su trabajo. Moncada no tuvo que efectuar esa tarea intelectual, simplemente siguió los hechos históricos de mi trabajo y agregó otros comentarios o redujo contenidos sin darme crédito alguno.


Moncada sigue el procedimiento que, a quiénes somos historiadores, nos recomendaron nuestros maestros no efectuar nunca: seguir las fuentes y los apartados temáticos de un autor, reproducir los datos y elementos explicativos que éste encontró, y citar sus fuentes sin citarlo a él.


Las fuentes pueden ser extensas, laboriosas y también tediosas; exigen muchas horas de paciente búsqueda para encontrar los datos que den respuesta a las preguntas que nos hacemos y que permitan sustentar las conjeturas e hipótesis con que trabajamos. A veces puede bastar el testimonio de los personajes de nuestras historias para corroborar una conjetura, pero otras veces hace falta aportar elementos explicativos que comprueben nuestras hipótesis. Cuando un escritor camina atrás de los pasos de otro se evita esta tediosa pero nutritiva tarea. En estos casos uno puede sentir los pasos del que viene atrás, como cuando sentimos que alguien nos mira y volteamos y sí allí hay alguien.


En las llamadas ciencias de la naturaleza, como la biología, la física, la química y las matemáticas, se considera como investigación de frontera a las actividades científicas que buscan generar nuevo conocimiento.


Se justifica una publicación cuando los conocimientos encontrados son nuevos. La acción de reconsiderar un problema previamente comprendido tiene sentido únicamente si se aborda desde un ángulo diferente, que permita encontrar aspectos nuevos que no habían sido descubiertos. En este caso la publicación debe girar sobre las nuevas aportaciones. La pluralidad existe cuando se tiene un punto de vista distinto, no cuando se repite a otro.


La redacción de una investigación sigue también criterios rigurosos que deben permitir al lector la rápida distinción de lo que es nuevo conocimiento y constituye la aportación del autor. En Inglaterra se enseña que no tiene sentido escribir para publicar algo que ya ha sido descubierto. Esta máxima se sigue en todo el mundo.


Como todo conocimiento nuevo descansa sobre otro desarrollado previamente, es obligatorio citar las fuentes originales que han dado lugar al material anterior. Pero cuando un problema, o tema, ya ha sido explicado, los trabajos posteriores que utilicen sus resultados deberán citarlo directamente. El primero en el tiempo tiene la prioridad sobre la creación del conocimiento y no es válido que las nuevas publicaciones se dediquen a repetir el trabajo que alguien ha hecho antes, pues carece de originalidad. La repetición de contenidos se juzga innecesaria y es cotidiano exigir que eso se elimine y únicamente se cite a la fuente donde fue publicado originalmente.
El proceso de arbitraje de una publicación exige a veces que el autor revise y cite obras que han tocado el mismo tema. Esto sucede cuando el autor desconoce qué obras habían tratado antes ese mismo problema. Cuando esto ocurre, la obra nueva debe advertir dónde termina el conocimiento anterior y empieza la nueva aportación.
Cuando las aportaciones nuevas no son consideradas como suficientes, se dictamina así y se comunica al autor que su obra aún no amerita ser publicada.
Esta práctica, cotidiana en el mundo científico, no la observa la Universidad de Sonora en la publicación del libro que comento. ¿Porqué exigir menos rigor en historia que en biología, física, química o matemáticas? Otra pregunta más: ¿Cómo protegen las autoridades de la Universidad de Sonora las obras originales de sus académicos? La institución puede corregir su error o persistir en él, pensando que en el conocimiento, como en la política mexicana, todo se vale. En este caso es una imagen contraria a la Universidad que decimos ser. Si los profesores somos la base del desarrollo de la Universidad de Sonora, como oficialmente se dice, podrían empezar por respetar nuestro trabajo.
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Promoverán cultura de respeto a los derechos de autor


La Universidad de Guadalajara y el Instituto nacional del derecho de autor firmaron un convenio con el que pretenden realizar actividades conjuntas, con la finalidad de generar conciencia en materia de los derechos intelectuales.

El Rector general de esta casa de estudios, Marco Antonio Cortés Guardado, precisó que una universidad pública como la UdeG, no puede ser ajena a la difusión de los derechos de autor, sobre todo por el hecho de que es una comunidad generadora de elementos que pueden tener esta garantía.

“Demandar el respeto de estos derechos y tomar todas las medidas institucionales y materiales encaminadas a la garantía de esta protección, son también parte de la obligación de cualquier entidad pública y de las universidades”.

El director del Instituto nacional del derecho de autor, Manuel Guerra Zamarro, expresó que la importancia de la actividad creativa de la humanidad ha requerido un control a lo largo de su historia, y por eso fue creada la propiedad intelectual, la cual es una herramienta fundamental, que también contribuye al desarrollo económico de las naciones.

“En México, las empresas relacionadas con el derecho de autor contribuyen con el 4.77 por ciento del producto interno bruto, y también contribuyen al empleo, con el 11.01 por ciento”.

Explicó que las instituciones educativas tienen hoy, como lo han tenido en el pasado, una labor trascendental en la vida de los mexicanos, ya que en las mismas hay grandes creaciones de catedráticos y alumnos, y no hay mejor lugar para crear conciencia de la trascendencia de los derechos de autor, que en las universidades.

“Significan una extraordinaria oportunidad para promover la propiedad intelectual. Hoy la Universidad de Guadalajara, semillero inagotable de conocimientos, da un paso muy importante al fomento del derecho de autor. Ambas instituciones dejaremos evidencia de nuestro compromiso con la labor creativa de México”.

Puntualizó que con este convenio se da origen a un instrumento de apoyo y colaboración en beneficio de la comunidad universitaria y del país, además de que permite vislumbrar una oportunidad para impulsar el desarrollo de México.

Guadalajara, Jal., 13 de noviembre de 2008
Texto: Laura Sepúlveda
Fotografía: Abel Hernández
Edición de noticias: LCC Lupita Cárdenas Cuevas

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Las universidades de Sonora y de Guadalajara

Denominamos síntesis comparativa a este apartado en virtud de que realizamos el estudio de la Universidad de Guadalajara y lo comparamos con el trabajo previo que ya hemos efectuado sobre la Universidad de Sonora, lo cual se expresa en cuatro libros publicados y varios trabajos más dados a conocer sobre la misma temática, sin contar nuestro interés constante por seguir la pauta de desarrollo de nuestra institución.

Ambas universidades forman parte de la política regulatoria del Estado mexicano postrevolucionario. Nacen por un acto de voluntad de gobierno, si bien en uno y otro caso hay un sustrato social que alienta su creación. Las dos son universidades estatales, públicas, con personalidad jurídica y patrimonio propio.

En cambio, difieren en la historia, mientras que la Universidad de Sonora es una respuesta del gobierno y los grupos sociales conservadores ante la política educativa socialista, promovida durante el gobierno de Lázaro Cárdenas; la Universidad de Guadalajara fue impulsada en 1925 por el gobierno progresista de José Guadalupe Zuno Hernández; tenía el objetivo de cumplir el compromiso educativo del gobierno revolucionario con la sociedad.

La antigüedad de la tradición universitaria, en uno y otro caso, también es una diferencia significativa que incide en el desarrollo de cada cual. La idea fundacional de la Universidad de Guadalajara inició desde principios del siglo XVIII, pero sólo nueve décadas después se autorizó la fundación de la Real y Literaria Universidad de Guadalajara por la Corona española.

Así, mientras que la fundación de la Universidad de Guadalajara se autorizó en 1791 y se concretó en 1792, la Universidad de Sonora fue fundada hasta 1942. No obstante, durante una época aquélla fue suprimida y refundada tiempo después en el año de 1925.

¿Cómo incide esto en el desarrollo de una y otra? La Universidad de Guadalajara surgió con varias licenciaturas, en tanto que la Universidad de Sonora sólo contó con secundaria, preparatoria y normal.

La Universidad de Sonora no ha sufrido la experiencia de su par jalisciense de ser fundada, cerrada y refundada como le ocurrió a ésta en el siglo XIX.

Otra diferencia estriba en la ideologización de los grupos políticos que han dirigido a la universidad del occidente del país, durante largo tiempo ostentó su ideología nacionalista y, en cierta época incluso socialista, que se contradecía con una práctica política ligada al Estado mexicano; mientras tanto, la universidad sonorense se ostentaba como una institución ajena a ideologías y pasiones políticas. Durante largas etapas aquélla ha sufrido la hegemonía de grupos políticos, verdaderos carteles de poder, que han secuestrado la autonomía en beneficio de dichos carteles, aspecto que no parece posible en la Universidad de Sonora.

Una comparación de ambas universidades, posterior a la modificación de sus leyes orgánicas muestra lo siguiente:

- Una y otra sufrieron la modificación de sus respectivas leyes orgánicas en tiempos del gobierno de Carlos Salinas de Gortari.

- La reforma jurídico-organizativa de las dos universidades tienen un esquema semejante, similar al de la Universidad Autónoma Metropolitana que parece haber sido su modelo. Sin embargo, la dirigencia de la Universidad de Guadalajara y el gobierno estatal priísta de la época de la reforma supieron apartarla del rígido esquema de la UAM, no ocurrió lo mismo con la Universidad de Sonora que conserva actualmente el esquema echeverrista impulsado por el gobierno salinista de Beltrones.

- En ese proceso la Universidad de Guadalajara ganó espacio en su autonomía, en tanto que, la Universidad de Sonora se vio limitada en ella.

- La primera tomó las iniciativas reformistas impulsadas por el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, la segunda hizo lo mismo pero sus autoridades aceptaron una propuesta de ley orgánica que, aunque pensada para que un grupo determinado mantuviera el poder, finalmente redundó en la defenestración del grupo que la impulsó y, como era la finalidad, en una menor participación de la comunidad universitaria en la toma de decisiones.

- En esencia en la Universidad de Guadalajara el grupo reformista interno se vio fortalecido en su poder, pero en la Universidad de Sonora resultó lo contrario.

- Una modificación sustantiva consiste en que la Universidad de Guadalajara conservó su Consejo Universitario, el cual acrecentó sus atribuciones, mientras que en la Universidad de Sonora desapareció dicho órgano de gobierno.

- En el esquema anterior el Consejo Universitario de la universidad jalisciense elaboraba una terna para la elección de Rector, función que correspondía al Gobernador del Estado de Jalisco; invariablemente el grupo dueño del poder universitario siempre logró hacer elegir a uno de los integrantes de dicha terna, recurriendo a conformarla de forma tal que el Gobernador se veía obligado a nombrar al elegido por dicho grupo.

- En el nuevo esquema el Consejo Universitario elige al Rector, sin intervención del Gobernador del Estado en turno.

- En la Universidad de Sonora la elección de Rector era realizada por el Consejo Universitario, el cual algunas veces actuó con absoluta autonomía sin considerar las directrices que emanaban de las esferas del gobierno estatal; directrices que, por otro lado, no contemplaba la Ley Número 103 Orgánica de la Universidad de Sonora.

- En el nuevo esquema, tras la eliminación del Consejo Universitario, en la Ley Número 4 Orgánica de la Universidad de Sonora la elección de Rector recayó en una Junta de Gobierno, llamada Junta Universitaria que, mediante el mecanismo de proponer ternas al Colegio Académico, se regenera a sí misma y en la cual sólo una minoría son miembros de la Universidad de Sonora.

- En la práctica el Rector en turno tiene la oportunidad de utilizar su papel de miembro exoficio de la junta para realizar el relevo en la rectoría, o como ya ha ocurrido en dos ocasiones, para reelegirse.

- En la Ley Orgánica de la Universidad de Guadalajara, como en la Universidad Autónoma Metropolitana, no se contempla la reelección del Rector General, pero el periodo dura seis años en lugar de los cuatro de la UAM. El control de la institución por el mismo grupo permite que los ex Rectores Generales de la U de G se acomoden en la dilatada estructura burocrática, ya sea como Rectores de alguno de los catorce Centros Universitarios, en la estructura de las empresas universitarias o creándose algún centro de investigación para dirigirlo. En suma, dejar la Rectoría General puede ser doloroso, pero no desastroso.

- La Universidad de Guadalajara escapó a que se le impusiera una Junta Directiva tipo UAM, pero la Universidad de Sonora no tuvo la misma suerte. Las facultades de la Junta Directiva de la UAM parecen todavía más amplias que las de la Uni-Son. Como en ésta nombra y remueve al Rector General, que entre nosotros es simplemente Rector, y a los Rectores, que para nosotros son Vicerrectores.

- Pero además, la Junta Directiva de la UAM tiene la facultad de designar a los miembros de un Patronato que la Universidad de Guadalajara contempla solo como un par de figuras secundarias bajo el concepto de “Órganos Consultivos” llamados Consejo Social y Fundación. Quienes elaboraron la Ley 4 Orgánica de la Universidad de Sonora no se atrevieron a incluir la figura de un Patronato, tal vez debido al desprestigio de un organismo de ese tipo durante la vigencia de la Ley Número 39 Orgánica de la Universidad de Sonora.

- Tanto en la UAM como en la Uni-Son hay la figura de un Colegio Académico presidido por el Rector.

- Las Unidades Universitarias de la UAM son Centros Universitarios en la U de G, y Unidades Regionales entre nosotros.

- Estas instancias son dirigidas por Rectores en ambos casos, mientras que la Uni-Son tiene Vicerrectores.

- La UAM y la Uni-Son tienen Consejos Académicos en dichas unidades, mientras que la U de G los designa como Consejos de Centro.

- Las Unidades o Centros tienen en los tres casos una estructura semejante: se componen de Divisiones con jefes y consejos, y dichas Divisiones están conformadas por Departamentos. La cantidad de representantes en los Consejos Académicos y Divisionales varía de acuerdo a los arreglos que cada legislación establece para controlar las decisiones internas.

- La U de G tiene una figura colegiada que solo un leve parecido guarda con nuestros antiguos Consejos Directivos, sin las atribuciones que tuvieron éstos y sin representación estudiantil. Se trata de los Colegios Departamentales integrados por el Jefe de Departamento, y los responsables de las academias, institutos, laboratorios, y demás unidades que integren cada Departamento.

- Mientras que la Ley Orgánica de la Universidad Autónoma Metropolitana, aprobada en el mes de diciembre de 1993, dispuso que las relaciones laborales se rigieran por la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio del Estado, reglamentaria del Apartado B) del Artículo 123 Constitucional, en la U de G ocurre algo similar a la Uni-Son: se rigen por el Apartado A) de la Carta Magna.

- Cada una de las tres universidades están integradas a instituciones de seguridad social distintas: la Universidad de Guadalajara al Seguro Social, la Universidad Autónoma Metropolitana quedó integrada al ISSSTE, según la Ley Orgánica de 1993, y la Uni-Son, como es sabido, al ISSSTESON.

- En la Universidad de Guadalajara existe una dualidad de poderes: uno formal y legal y otro informal pero real. El poder legal descansa en un Rector General apoyado en un Vicerrector Ejecutivo y un Secretario General; un Consejo de Rectores de Centro complementa el mecanismo ejecutivo de toma de decisiones; formalmente un Consejo General Universitario es el máximo órgano de gobierno en la Universidad, y en cada Centro Universitario un Consejo de Centro cumple funciones similares. Sin embargo, los mecanismos de designación del personal dirigente y una laboriosa y cuidada selección y elección de consejeros redunda en que este organismo únicamente cubra con un manto de legalidad las decisiones que se toman en lo órganos ejecutivos legales o en los informales.

- El mecanismo de poder informal se encuentra en manos de una especie de Jefe Máximo que no tiene rango de poder alguno en la estructura organizativa de carácter legal, pero a quién todos consultan, incluyendo el propio Rector General. Se trata de un poder paralelo a los poderes formales que la ciudadanía y los mismos universitarios han nombrado de múltiples maneras.

- En la Universidad de Sonora no existe esa anomalía.

- El presupuesto de la Universidad de Guadalajara es más de cinco veces mayor al de la Universidad de Sonora.

- La U de G prácticamente dirige la educación del nivel medio en el Estado de Jalisco, situación que le genera tanto presiones sociales como una inusitada fuerza política, incluso el gobierno estatal va a la zaga de la Universidad, teniendo que tomarla en cuenta y canalizarle recursos económicos para que enfrente esa tarea. En cambio la Universidad de Sonora suspendió las inscripciones de bachillerato a mediados de los años setenta del siglo pasado y no cuenta con ese importante grupo de presión en la gestión de recursos públicos; no obstante conserva un departamento para acreditar estudios que no imparte desde hace alrededor de treinta años.

- La Universidad jalisciense aplica con especial énfasis las políticas educativas de los gobiernos federal y estatal, pero siempre con una condición esencial: conservar el poder para el grupo hegemónico interno y hacer las cosas a su manera. En esa tesitura aceptaron modificar la ley orgánica para modernizar la Universidad, aplican programas de transparencia, tutoriales, mecanismos de evaluación y acreditación de sus programas, participan con tales indicadores en los concursos para optar por la obtención de fondos públicos y se adecuan a las exigencias estatales en el impulso a las áreas que son gratas al régimen político en turno.

- Como objeto de observación y reflexión, la U de G nos resultó sumamente útil para apreciar las políticas de gerencia universitaria, ya que aquí se observan en su pleno desarrollo las medidas organizativas y administrativas que demanda el Estado mexicano, con la particularidad de que esta institución educativa convive con la administración panista: tanto en el ámbito municipal como en el estatal y federal; aquí se observan de manera nítida las políticas estatales hacia las universidades públicas, y la administración universitaria trasluce muchas de esas indicaciones, aspecto que por la particular circunstancia del desarrollo de la Universidad de Sonora no es de la misma manera.

- En esa situación la U de G tiene acceso a jugosos fondos estatales que, según sus autoridades, nunca son suficientes; pero el presupuesto de la Universidad de Guadalajara es más de cinco veces superior al de la Universidad de Sonora, y el número de alumnos que atiende en el nivel superior no es cinco veces mayor a los que atiende nuestra Institución.

- Suponemos, con alguna presunción de veracidad, que el apego a las condicionantes externas es tan solo una política que permite obtener recursos suficientes.

- Hacemos la aclaración de que nuestra comparación es con la educación superior ya que, contrario a nosotros, la U e G tiene un numeroso y poblado sistema de bachillerato conocido como Sistema de Educación Media Superior (SEMS).

- Las autoridades de la U de G sostienen que están presentes en 95 de los 125 municipios jaliscienses, aspecto que para la Uni- Son no es posible, pues como ya lo hemos dicho antes ellos conservan el sistema de bachillerato que es el principal mecanismo que les permite estar presente en municipios relativamente pequeños. La U de G abre bachilleratos, asimila a los existentes o afilia a quienes lo solicitan para alcanzar los números que publicita; eso ha sido posible renunciando a exigir criterios de calidad en ese nivel; pero además, sencillamente carece de personal suficiente para verificar que sus parámetros se cumplan, por lo menos en el ámbito urbano más a su alcance.

- Las autoridades de la Universidad de Guadalajara publicitan muy favorablemente los indicadores que su programa de modernización educativa arroja, sin embargo, el propio Rector General ha reconocido públicamente que dichas reformas no han llegado al aula de clase, ámbito por donde los buenos números deberían haber comenzado.

- Los Centros Universitarios Regionales son estructuras que por sí solas son comparables a la Universidad de Sonora, tanto en alumnado, como en profesores y en profesores de carrera. No obstante la infraestructura que han creado es muy superior a todo lo construido entre nosotros en los últimos catorce años.

- Es en los Centros Universitarios Regionales en donde mejor se puede apreciar el alcance de la política modernizadora que la Universidad jalisciense ha emprendido; pero no hay datos concluyentes sobre los resultados obtenidos por ellos y el conjunto de la Universidad de Guadalajara; si las evaluaciones que la Universidad de Sonora ha efectuado referente a opinión de empleadores, satisfacción de egresado con el empleo obtenido y con la formación recibida, diríamos que en ese renglón la Universidad sonorense tiene mayor certeza de sus números.

- Consideramos que la Universidad de Guadalajara es una de las universidades públicas que mejor asimila e interpreta las políticas federales dirigidas a las instituciones públicas de nivel superior del país. Consideramos también haber adquirido la información mínima indispensable sobre la Universidad de Guadalajara, como para entender la forma en que traduce las políticas educativas y de financiamiento federales a su propia circunstancia; la información recogida nos permite tener elementos para entender de mejor manera las políticas federales que impactan a la Universidad de Sonora.

- De acuerdo al Ranking Mundial de Universidades en la Web, del mes de enero de 2008, que da cuenta de las 4 mil universidades mejor calificadas en el mundo, la Universidad de Sonora ocupa el lugar número 1742 en tanto que la Universidad de Guadalajara ocupa el lugar número 618. En América Latina la Uni-Son está situada en el casillero número 71 y la U de G en el 16. A nivel nacional la Uni-Son es número 15 y la Universidad jalisciense es la tercera. Ambas ocupan mejor lugar en cuanto a tamaño que en cuanto al ranking, y lo mismo ocurre con la Universidad Nacional Autónoma de México, pero tanto la U de G como la UNAM son más grandes y están mejor situadas en la evaluación; esto pareciera sugerir que el tamaño implica una ventaja en la evaluación que de ellas se hace, pero el Instituto Politécnico Nacional está mejor ubicado en la evaluación (es el número 1173) que en el tamaño (es número 1417), y hay otras cuatro universidades mexicanas más grandes y mejor evaluadas.

- Una última reflexión sobre el tema de anterior: después de la U de G, la Uni-Son es la Universidad del Gran Noroeste Mexicano mejor evaluada.

- Este trabajo nos permitió constatar cómo una gerencia universitaria eficiente ---la de la U de G--- puede negociar con los gobiernos federal y estatal acuerdos que permitan acrecentar la autonomía de gobierno, conservar políticas educativas definidas autónomamente, procurarse los recursos financieros necesarios, y trazar una política cultural que en muchos aspectos rebasa a las políticas estatales. No es poca cosa, a pesar de extravíos, concesiones, persistencia de viejos esquemas político-organizativos y de ejercicio del poder, al lado de objetivos académicos innovadores. La gerencia de la U de G es contradictoria y no exenta de graves errores que no se pueden soslayar, pero aún así ha conseguido expandir la Universidad de Guadalajara por todo el Estado de Jalisco y, en muchos aspectos, hacer palidecer la gestión de los gobiernos federal y estatal en materia educativa y cultural. Sobre todo ello se puede todavía extraer muchas otras conclusiones que sean útiles para los universitarios sonorenses.

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Fue presentado el libro: LOS CONTEOS DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 2006 del Doctor Arnulfo Castellanos Moreno

Hoy 22 de octubre de 2008 fue presentado el libro: LOS CONTEOS DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 2006, del Doctor Arnulfo Castellanos Moreno, en el auditorio del Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora. La invitación fue girada por la Academia de Metodología y Filosofía, por la Academia de Estudios Políticos y Jurídicos, y por un grupo de alumnos del taller de coyuntura política que dirige el Licenciado Antonio García Ramírez.
En la presentación el Presidente de la Academia de Estudios Políticos y Jurídicos, Maestro Manuel Tapia Hernández, dijo que: "Para la Academia de Estudios Políticos y Jurídicos son importantes los estudios sobre temas políticos recientes y relevantes, como es el caso de la eleción presidencial de 2006 en nuestro país." Señaló también que este libro "introduce el método de procesos estocásticos en el análisis político-electoral", que : "El libro aporta la aplicación de métodos científicos en el aseguramiento de la certeza electoral, dispuesto en el Artículo 41 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos", y que: "En ese sentido va una de sus propuestas." En la foto los asistentes al acto, el autor del libro, y el Presidente de la Academia de Estudios Políticos y Jurídicos.
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Presentación del libro: LOS CONTEOS DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 2006 Análisis basado en la teoría de la probabilidad y la estadística

LA ACADEMIA DE METODOLOGÍA Y FILOSOFÍA y la

ACADEMIA DE ESTUDIOS JURÍDICOS Y POLÍTICOS

Invitan a la presentación del libro:

LOS CONTEOS DE LA ELECCIÓN

PRESIDENCIAL DE 2006

Análisis basado en la teoría de la probabilidad y la estadística.

Del Dr. Arnulfo Castellanos Moreno

Este miércoles 22 de octubre de 2008 en el auditorio del edificio 9-B, del Departamento de Sociología y Administración Pública, a las 17.00 horas.

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LOS CONTEOS DE LA ELECCIÓN PRESIDENCIAL DE 2006 Análisis basado en la teoría de la probabilidad y la estadística. Autor: Arnulfo Castellanos Moreno


Este es un libro que trata sobre la certeza y la incertidumbre de los resultados de la elección presidencial en el año 2006 en México.
Desarrolla la tesis de que también en estas decisiones políticas se debería aplicar el criterio de certeza de la ciencia y lo hace mediante la revisión de los fundamentos de la teoría de la probabilidad y la estadística, mismas que permiten estudiar los fenómenos que ocurren al azar. Cuando las distribuciones de probabilidad cambian en el tiempo se entra al ámbito de los procesos estocásticos, que es el caso de los conteos realizados a partir del 2 de julio de 2006 como parte del proceso de elección presidencial en México.
El autor, Arnulfo Castellanos Moreno, es profesor e investigador en física en la Universidad de Sonora, integrante del Cuerpo Académico de Física Teórica y profesor de las asignaturas de Física Moderna e Introducción a la Mecánica Cuántica. Realizó sus estudios de maestría en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México y su doctorado en el Centro de Investigación y Educación Superior de Ensenada con una tesis sobre los efectos de tamaño finito en redes neuronales. Su trabajo de investigación versa sobre diversas aplicaciones de los procesos estocásticos, entre los que se cuenta la modelación de la radiación electromagnética encerrada en una cavidad mediante procesos de nacimiento y muerte. Una teoría estocástica sobre la forma en que un conjunto finito de neuronas formales almacenan y recuperan información. Un enfoque del movimiento browniano activo basado en procesos estocásticos de un paso para modelar el movimiento de seres unicelulares en líquidos y un modelo de la interacción entre células cancerígenas y globulos blancos. Su conocimiento de la teoría de la probabilidad y la estadística se aplica en este libro a los conteos de la elección presidencial de 2006 en México.
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José Fausto Guerrero Fonseca presentó su libro: SIMILAI Una historia de amor para contarse


En primer plano el autor del libro, a su derecha Raúl R. González, le sigue José Abraham Franco Osuna (coordinador del evento) y enseguida de él Raúl Ortiz Ayala. Los Maestros González y Ortiz Ayala presentaron una viva evocación de la trama del libro y la vincularon al acontecimiento que se rememora y a la realidad que vivimos todos los días. Su participación se presenta por separado.
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Presentadores-ponentes con motivo del 2 de octubre


Con motivo de la conmemoración del 2 de octubre, una fecha trágica por violenta en la historia de México, el profesor José Fausto Guerrero Fonseca presentó un libro que habla en sentido inverso: una historia de afecto ante el recuerdo de hechos planeados por los perversos. De izquierda a derecha los Maestros: Raúl Ortiz Ayala, José Abraham Franco Osuna, Raúl R. González, y el autor.
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SIMILAI Una historia de amor para contarse


El Maestro Fausto Guerrero Fonseca presentó su libro SIMILAI Una historia de amor para contarse, hoy 2 de octubre de 2008, en el auditorio del Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora.
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Invitación a la presentación del libro:


SIMILAI Una historia de amor para contarse, de José Fausto Guerrero Fonseca.

Para recordar el 2 de octubre, fecha histórica del México actual, la Academia de Metodología y Filosofía del Departamento de Sociología y Administración Pública de la Universidad de Sonora, invita a la comunidad universitaria a la presentación del libro: SIMILAI Una historia de amor para contarse del Maestro José Fausto Guerrero Fonseca.

El evento de llevará a cabo el jueves 2 de octubre en el auditorio del mismo Departamento, edificio 9-B, a las 11.00 A. M. del día.

Coordina el evento el Antropólogo (con Maestría en Políticas de Seguridad Pública) José Abraham Franco Osuna. Presentan el libro: Raúl González Flores (Sociólogo y Maestro en Políticas de Seguridad Pública), y Raúl Ortiz Ayala (Socciólogo y con estudios de Maestría en Filosofía Política).

¡Te invitamos!
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LA GRAN PLAZA UNIVERSITARIA*


Miguel Castellanos Moreno

Departamento de Ciencias Sociales


Al finalizar la década de los treinta el proyecto de fundación de la Universidad de Sonora se vio entorpecido por un conflicto surgido en el seno del grupo político-empresarial que había decidido orientar el destino de la futura institución educativa; el asunto de la compra de los terrenos de las damas Amparo Félix, Josefa Félix y Esperanza G. Noriega encendió el conflicto que se encontraba latente entre el grupo de los auto-designados “universitarios” (políticos y funcionarios estatales) y el de los empresarios; este asunto se resolvió de la manera en que la cabeza del primer grupo (el orientado por José Vasconcelos) había propuesto sin ser aceptado al principio por el grupo de los empresarios, es decir, mediante la expropiación de los terrenos de las mencionadas propietarias. El Comité Administrativo de la futura Universidad de Sonora pagó el 10 de octubre de 1940 los 23,403.50 pesos en que se había fijado la venta de los terrenos en litigio.

Inmediatamente se pusieron en marcha los trabajos preliminares para la construcción de los edificios y las instalaciones deportivas que se albergarían en esos y en otros terrenos previamente adquiridos.

El Comité Administrativo adujo razones técnicas y económicas para solicitar --y obtener-- el apoyo del Departamento de Edificios de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas (SCOP). Este Departamento comisionó al arquitecto Mauro Sánchez para que viajara de la ciudad de México a Hermosillo a visitar los terrenos y formulara “los programas de base para el proyecto de construcciones.” Cuando ese Departamento tuvo el estudio efectuado por el arquitecto Sánchez, pudo elaborar el proyecto de construcciones, que ya bosquejado fue encomendado al arquitecto Leopoldo Palafox Muñoz, quien trabajaba en esa dependencia; Palafox viajó a Hermosillo a realizar apreciaciones sobre el terreno elaborando un proyecto que sometió a la consideración del Departamento de Edificios de la SCOP, el cual una vez aprobado por el Comité Administrativo fue puesto en ejecución.

“El proyecto del arquitecto Palafox Muñoz --decía el Doctor Domingo Olivares Presidente de la Mesa Directiva del Comité Administrativo-- comprende la adquisición de otros terrenos que juzgó de imprescindible necesidad, cuya compra, que se hará a base de la mayor economía, ya fue autorizada por la Mesa Directiva.”

En una carta fechada el 24 de diciembre de 1940 en México, D. F. el ingeniero Alfredo Guerra C. Jefe del Departamento de Edificios de la SCOP, comunicaba al Doctor Domingo Olivares que la compra de esos terrenos eran para construir una Gran Plaza:

“Esta gran plaza --decía el Ingeniero Guerra-- cuya apertura es muy necesaria, serviría para una fácil salida del público que asista a los eventos deportivos, al auditorio, y a los mismos alumnos. A esta plaza llegan las calles Rosales, Sinaloa, Chiapas, Jalisco, etc., que comunican rápida y directamente con el resto de la ciudad; a la vez este espacio abierto da monumentalidad e importancia al conjunto, que debe ser grandioso y tener carácter si se tiene en cuenta la significación de una Universidad, especialmente ésta, en el Norte del País que será un baluarte de la cultura Latinoamericana. La realización de estas obras no es costosa, pues en estos lugares sólo existen construcciones de adobe sin ningún valor.”

En función de ese proyecto el Doctor Domingo Olivares informaba en un documento del 27 de septiembre de 1942 al Comité Administrativo lo siguiente:

“Se han estado adquiriendo mediante moderadas operaciones de compra-venta, algunas casas y terrenos frente a los edificios universitarios, para la construcción de la Gran Plaza a que se refiere el proyecto.”

El punto de la adquisición de terrenos para la construcción de la Gran Plaza Universitaria fue tratado en asuntos generales de la Asamblea General Ordinaria del Comité Administrativo del 13 de enero de 1943; en esa ocasión la Asamblea acordó por unanimidad la

“Compra de propiedades de las señoritas Josefa y Amparo Félix, para el acondicionamiento de los terrenos donde se construirá la Plaza de la Universidad, siendo su importe de $9,000.00, pagadero en mensualidades.”

Entre el 1° de abril de 1943 y el 31 de marzo de 1944 se habían adelantado algunas cantidades a las señoritas Félix y a Filomeno Alfonso Muñoz a cuenta de sus terrenos; habían sido pagados $11,000.00, faltando sólo $2,014.00 que se les cubrirían tan luego como se tiraran las escrituras correspondientes; para la compra-venta de esos terrenos se habían efectuado promesas de venta debidamente formalizadas. Al Notario Público Luis Acosta se le pagaron 43 pesos con 80 centavos por “gastos y honorarios en otorgamiento de escrituras, del Sr. Filomeno Alfonso Muñoz.”

Las obras para convertir a la Gran Plaza en el espacio abierto que hiciera armonía --y que resaltara— con el estilo colonial que los autores del proyecto arquitectónico de los edificios universitarios habían diseñado fueron puestas en marcha: entre el 1° de mayo de 1944 y el 30 de junio de 1945 se invirtieron 8,373 pesos en ellas.

Incluso se tomó en cuenta el aspecto de la Calle Rosales que daba acceso a la Gran Plaza, una nota en los archivos es testimonio de haber: “Pagado a Tesorería General del Estado, octavo y noveno abono sobre importe pavimentación de la Calle Rosales, frente a los terrenos [de la] Universidad” la cantidad de 1,916.60 pesos.

En los años cuarenta se pensaba que para que la Universidad de Sonora alcanzara los fines para los que había sido fundada era necesario completar dicho proyecto educativo con la construcción de un Museo y Biblioteca de Sonora; el mejor lugar para éste tenía que ser “frente al Edificio Principal y colindando con la Gran Plaza”. Igualmente, cuando tiempo después los impulsores del proyecto universitario pudieron materializar su sueño dorado --la Escuela de Agricultura y Ganadería-- lo hicieron en el costado sur de la Gran Plaza Universitaria. Quedaba conformada así la planta de edificaciones que rodeaban a ese gran espacio abierto.

Para los universitarios casi no puede caber duda que la Plaza Universitaria pertenece a la Universidad de Sonora, si bien es que la mayoría no lo pone en duda y ni siquiera reflexiona en ello. Por eso, algunos tal vez se sorprendan al saber que el Ayuntamiento actual decidió tomar posesión de ella empezando por ordenar a las autoridades universitarias que desalojaran sus automóviles en sorteo de la Plaza, medida que éstas tomaron de inmediato. No podemos pasar por alto que las actuales autoridades del Ayuntamiento Municipal de Hermosillo fueron funcionarios universitarios --el “Temo” Balderrama fue Delegado-Contralor de la Tesorería de la Uni-Son y Heriberto Aja Carranza, actual Síndico Municipal, recorrió todos los puestos de la Tesorería Universitaria--, que por lo menos uno de ellos se retiró hace poco de la Universidad bastante molesto con los actuales jerarcas de ésta, y que en algún detalle apoyaron sus órdenes pues como custodios del patrimonio universitario que fueron no pueden ignorar la situación legal de éste; tampoco podemos pasar por alto que el actual “equipo” que dirige la Uni-Son no ha dicho esta boca es mía en el asunto. Lo cierto es que en la cuestión de la Plaza Universitaria hay razones históricas, arquitectónicas, culturales, funcionales y hasta políticas que la ligan a la Universidad: la Gran Plaza fue pensada como parte orgánica de ella y a ella debe pertenecer.

Verdad es que en el pasado no se ha respetado su carácter de espacio abierto con que fue concebida y que en los años sesenta un monumento dedicado a la madre daba la espalda al edificio principal; verdad es también que el Rector Federico Sotelo plantó en ella una construcción para exhibir las maquetas, tipo College gringo, de la Universidad que su fantasiosa mente concibió; y verdad también es que el actual Ayuntamiento ha construido una caseta en el lugar de las paradas de los autobuses urbanos, y que un día el Estado puede desear tumbar los árboles y construir algún o algunos edificios administrativos para la burocracia estatal, y eso los universitarios no podemos admitirlo.

* [Artículo publicado en la revista Crítica, “órgano oficial de difusión del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS)”, número 14, del mes de marzo de 1987.]

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Historia de la Universidad de Sonora El STAUS y el desarrollo académico. Autor: Miguel Castellanos Moreno


“El libro Historia de la Universidad de Sonora El STAUS y el desarrollo académico, de Miguel Castellanos Moreno, narra la forma en que entramos al STAUS entre octubre y noviembre de 1982, así como la larga lucha por la titularidad del contrato colectivo de trabajo, que usufructuaba un sindicato blanco con líderes a modo del patrón. Explica como la ganamos el 29 de junio de 1984, aunque hoy se trata de una fecha olvidada.

Si comparamos los derechos de que gozan ahora los académicos de nuestra Universidad, con los de otras instituciones locales de su tipo, podemos sentirnos privilegiados, pero estos no fueron un regalo gracioso de ninguna autoridad. En el libro de Miguel se relatan los planes del STAUS en aquella época, cuando fueron concebidos y publicados, los momentos de tensión y las dos huelgas estalladas en los años de 1985 y 1986. En especial deseo resaltar que había en nuestra propuesta sindical un proyecto académico que se expone allí, y que a pesar de haber obtenido resultados parciales, hoy hace de la Universidad de Sonora una institución diferente. La obra también expone cómo se defendió a la institución ante la intervención gubernamental, marcando así un compromiso del STAUS con la educación pública y gratuita. Eran años de ingreso abierto a la Universidad, sin rechazados y sin cuotas.

Se relata también cómo el STAUS fue el primer sindicato en México, y probablemente el único, que logró trazar, a favor de los maestros, una diferencia clara entre el contenido del Estatuto de Personal Académico y el Contrato Colectivo. Se compara la propuesta original de la administración universitaria con el resultado obtenido al final. Creo que la lectura del libro permitirá valorar lo que se tiene ahora y los riesgos en que se incurre cuando no se tiene conciencia de la diferencia entre uno y otro.

Mi experiencia en esos años me permite afirmar que, cuando se confía en el interés genuino de la gente que realiza realmente el trabajo académico, se puede plantear, y se puede luchar, por cambios verdaderos que son más profundos y duraderos que los intentos de las autoridades en turno. Quienes ocupan el poder en las universidades nunca rebasan los límites impuestos por aquéllos que les aprueban el presupuesto, es la razón por la cual siempre abordan cambios puramente cosméticos.

En el lapso de esa lucha la institución sufrió un fuerte desgaste y una profunda incomprensión de parte de “las fuerzas vivas” de Sonora. Fue agredida por la prensa, la radio y la televisión. A ellos los movía su carácter de clase social privilegiada y el sentimiento de que la Universidad era de su propiedad. Así, el crecimiento académico que se inició después de 1985 no fue reconocido, por el contrario, se trató a los universitarios como a un conjunto de rufianes que se habían apropiado de la Universidad de Sonora, misma que debía ser rescatada de esas manos. De allí se gestó el golpe brutal que le fue propinado en 1991, cuando promulgaron la ley 4 para conculcarle su autonomía universitaria. El libro contiene al final un balance escrito por mi en 1991 para defender el trabajo de los universitarios, fue publicado en un diario local y jamás fue retomado por nadie, después, como era de esperarse, fue relegado al olvido. En él se muestra como la Universidad había avanzado desde ser un manojo de intereses vulgares en 1982, cuando estaba en manos de un abogado que no sabía lo que era una verdadera universidad, para convertirse en 1990, en nueve años de autonomía, en una institución en verdadero desarrollo.

El libro de Miguel demuestra cómo y por qué, el esfuerzo del STAUS de aquellos años es piedra angular de lo que existe ahora. No se logró nuestra idea de un desarrollo autogestionado desde las unidades académicas, con participación general del STAUS, pero se consiguió una acumulación muy significativa de profesores con postgrado. La de Miguel es una de esas obras que pueden atrapar el interés del lector desde el principio. Leer la historia es siempre agradable para el ser humano, pero también es necesaria para orientar las acciones del presente, porque aquél que no sabe de dónde viene, difícilmente sabe a dónde va. Pienso que, por eso, la concepción de un STAUS académico está ahora abandonada y olvidada.”

Intervención del Dr. Arnulfo Castellanos Moreno en la presentación del libro en el Departamento de Sociología y Administración Pública.

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Historia de la Universidad de Sonora (1953-1967). Autor: Miguel Castellanos Moreno


El período se encuadra en la época del "desarrollo estabilizador", que en la entidad generó la frase publicitaria "Sonora en Marcha", durante el gobierno de Álvaro Obregón. En ese contexto la Universidad respondió a la política desarrollista del regimen. Para ello fue dotada de medios materiales y legales, pero no hubo la misma generosidad en la asignación de sueldos a profesores, trabajadores y empleados universitarios, quienes vieron conculcados sus derechos. En esos años se crearon las Escuelas de Agricultura y Ganadería y de Derecho, en tanto que la de Ciencias Químicas fue reformada, y surge el primer centro de investigación. Los tres rectores de esta etapa eran políticos. El período comienza y termina enmedio de conflictos externos que impactan al interior.
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Historia de la Universidad de Sonora En una época de crisis


"El libro de Miguel Castellanos Moreno, Historia de la Universidad de Sonora En una época de crisis, tomo III, consta de tres capítulos estructurados en 21 apartados que se llaman el primero Rompimiento del Viejo Orden, el segundo El Nuevo Desorden y el tercero Mico y Activistas. Versa sobre el periodo de crisis que se vivió en la Universidad de Sonora como consecuencia de que en 1967 se utilizó la energía estudiantil por parte de un conjunto de empresarios locales en un asunto interno del PRI y de la gubernatura de Sonora mismo que se volvía de interés general por la ausencia de partidos con posibilidades reales de gobernar en Sonora y en México.

Trata sobre la forma en que después de esa fecha un grupo de líderes estudiantiles cuestionaron el viejo orden y ayudaron a romperlo. Estudia las visiones distintas del quehacer de la universidad en los grupos de estudiantes pero sin caer en la muy ya transitada visión consistente en aludir a un mundo que se movía internacionalmente entre los conflictos de dos súper potencias o en las promesas incumplidas de la revolución mexicana, tampoco hace alusión al rock como motor de la historia. El libro de Miguel Castellanos Moreno es una exposición y una reflexión organizada de los hechos ocurridos dentro de la universidad desde 1967 hasta 1984, trata sobre el rompimiento del viejo orden que ahogaba a los universitarios en la década de los años sesenta y sobre las intenciones de reforma que intentaron los burócratas de la Universidad de Sonora; también considera las ideas de los dirigentes de la FEUS que modificaron los estatutos de esa organización y promovieron reformas a la ley orgánica de la Universidad.

Presenta el desorden generado y la llegada de Carlos Armando Biebrich a la gubernatura de Sonora, así como su caída y el origen del STEUS poco tiempo después. El libro de Miguel Castellanos Moreno nos cuenta la lucha durante los años setenta contra un rector de ultraderecha que veía a la Universidad como un bastión para luchar contra el comunismo y no como una institución académica. Relata el origen de los micos y también las concepciones básicas de los activistas de la época, en todo momento evita una versión simplista que reduzca los hechos a un enfrentamiento de los malos contra los buenos.

Narra los orígenes del gremialismo magisterial y la forma en la que las intenciones sindicalistas de los profesores fueron exitosamente controladas por la autoridad universitaria. Cuenta el desgaste de la derecha en el poder y la forma en que salieron perdiendo; relata los intentos de los universitarios por vivir en la autonomía después de 1982 y la forma en que reaccionó la derecha local enfatizando siempre la vida interna de la Universidad de Sonora; es una historia sin compromiso con el poder que no busca fotos retocadas de los actores políticos de la época. Al surgir del esfuerzo personal y familiar es una obra que compromete al autor únicamente con una narrativa tan apegada a los hechos como lo pueden permitir los documentos consultados y las entrevistas realizadas.

Al mantenerse al margen de los apoyos institucionales, aprovecha la libertad personal para organizar datos, relatar hechos y exponerlos sin compromisos con los políticos de ayer ni los de ahora; no es por supuesto una historia de bronce."

Dr. Arnulfo Castellanos Moreno, en la presentación del libro en Radio Bemba.

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