Tal es el título del cuarto tomo de la serie Historia de la Universidad de Sonora, emprendida desde el año de 1984 por su autor: Miguel Castellanos Moreno. En 1991 apareció el primer libro, un año después apareció el segundo tomo; catorce años más tarde aparece la obra que se comenta, y poco después aparece el tercer tomo. En esa tarea ha contado con el apoyo decidido y desinteresado del Doctor Arnulfo Castellanos Moreno y de la Maestra Gabriela Rosales Gutiérrez, quienes han colaborado en los estudios realizados para hacer posible este trabajo que no tiene fin de lucro.
Como su nombre lo sugiere es la historia del papel del Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora en el desarrollo académico de la institución. Allí se expone de manera documentada y con amplitud el impulso decisivo que el sindicato dio a la formación de personal académico desde el inicio de los años ochenta, proceso que ha permitido un avance significativo, reconocido incluso por el titular de la Secretaría de Educación Pública en el sexenio anterior.
Se expone la formación de un sindicato de trabajadores académicos que, a la vez que impulsa el desarrollo de los docentes e investigadores, hace lo propio con la Universidad de Sonora. Se aborda la etapa formativa de un sindicato independiente, su lucha exitosa por la titularidad del Contrato Colectivo de Trabajo, en una etapa signada por una profunda crisis económica nacional; expone con claridad el proyecto académico que ese sindicato promueve, las actividades académicas que emprende, consistentes en la realización de foros, encuentros académicos, publicación de órganos de información y análisis que han devenido permanentes, el apoyo decidido a la publicación de los materiales académicos de profesores, escuelas, departamentos e, incluso, de instancias administrativas; su papel significativo en la formación de instituciones académicas de servicio; y su orientación del rumbo académico que debía tomar la Universidad de Sonora en momentos de crisis interna; apuntala su proyecto académico en un programa permanente de formación de personal académico. En fin, se trata de una historia rara, por venturosa, en el sindicalismo mexicano.
