¿Cómo se escoge la autoridad de menor rango en la U de S?
Por
Ley las vicerrectorías de las unidades regionales de la Universidad de Sonora
son las encargadas de proponer ternas a los Consejos Divisionales, para nombrar
a los Jefes de Departamento de las distintas unidades académicas. No se
cómo acostumbren conformarlas en las unidades foráneas, pero he podido
percatarme como lo hacen en la Unidad Regional Centro, con mucho, la de mayor
población estudiantil y magisterial de nuestra institución.
Dos
criterios me llaman la atención, aunque supongo habrá otros que desconozco. El
primero tiene que ver con la cantidad de profesores que van a proponer a tal o
cual persona para que sea incluido en una terna. No se cuestiona si estos
apoyadores fortuitos cumplen con su trabajo, ni la razón por la que hacen su propuesta,
o si por allí algún profesor ya jubilado, pero a quién le deben favores, visita
el Departamento para convocarlos a apoyar a algún amigo; situación en extremo
irregular, pues cuando un profesor se retira debe guardar respeto absoluto a la
institución en donde trabajó, porque ya no tiene vela en ese entierro.
Otro
criterio es leer las calificaciones otorgadas por los alumnos en las
evaluaciones de fin de curso, cuestión inadmisible, por un lado, porque se
supone que tal información debe ser exclusiva del profesor y, por otro, porque
esa evaluación no reúne el más mínimo criterio de validez científica. Entre
algunos profesores corre la especie de que si el profesor anuncia una
calificación máxima puede esperar una respuesta recíproca de los evaluados.
Asimismo un profesor puede no faltar nunca, pero dependiendo de la calificación
final emitida será la apreciación de si asistió o no a clases.
Utilizar
esos criterios para escoger candidatos revela frivolidad y ni siquiera debieran
ser tomados en cuenta; simplemente revela el distanciamiento entre ese nivel de
autoridad y el trabajo docente cotidiano. Existen criterios más objetivos y
tienen que ver con la responsabilidad en el trabajo, la capacidad de resolver
problemas, la disposición para construir buenas relaciones humanas, entre otros
de similar factura. Lo
contrario nada más es vanidad y desconocimiento.